En los últimos años, a los maestros nos han recalcado,
exigido y entrenado en programas de desarrollo socio emocional para los niños. Muchos distritos escolares intentaron y (aún
hay algunos que continúan) implementar programas de desarrollo socio emocional que se
basaban en control y cumplimiento de las normas de la clase, algo así como: “si
no cumples con lo que te digo, estarás en problemas”, en otras palabras,
pretendían imponer sistemas de disciplina, basados en cumplimientos de normas
impuestas, no negociadas, y que los estudiantes nunca sintieron como suyas, en el salón de clases. Hemos visto semáforos donde cada color indicaba
comportamiento del estudiante, caritas felices o tristes, niveles de
comportamiento, desde “muy Bien” hasta “ir a hablar con la directora”, etcétera.
Esta demás decir que dichos programas fracasaron puesto que cada vez vemos como
es más difícil mantener motivados y comprometidos a los estudiantes con su
aprendizaje, y como la violencia se ha apoderado de las escuelas y de la
sociedad en general. Sólo basta con ver cómo están llenas las cárceles de
individuos que no supieron manejar sus emociones en un momento dado. Por ende,
se hizo necesaria la búsqueda de otras fórmulas para manejar las situaciones
que se presentan día a día en una clase, entre los niños, la maestra, los
padres, y demás partes involucradas. Es aquí, que gracias al aporte de investigadores
de la conducta, educadores, neurólogos, y otros profesionales, surge el
concepto de inteligencia emocional.
La inteligencia emocional, dicha en palabras
sencillas, no es otra cosa que la capacidad que tiene un individuo de manejar
sus emociones y aplicar estrategias para solucionar conflictos en su entorno.
Un concepto que algunas personas traen ya desarrollado de manera innata. Son
estas personas que, no se toman nada personal, y que tienen una actitud
positiva ante la vida, y que profesan empatía hacia los demás, haciéndolos un imán
para las relaciones personales. En mi casa, tengo a un par de estos individuos,
que tú no sabes cómo fue que aprendieron a llevarse tan bien con todo el mundo,
y que nada les afecta, y tienen un chorro de amigos regados por el mundo, y a
donde van se adaptan rapidito, y siempre están felices!!! Mi esposo es uno, y mi hijo
de 16 años, Sebastián es un maestro de la inteligencia emocional, y me ha enseñado
mucho, desde pequeñito.
La idea de enseñar sobre inteligencia emocional en las
escuelas se fundamenta en aprender a identificar las emociones a través de
sesiones de discusión de posibles escenarios donde se les explica a los
estudiantes cómo resolver conflictos, una vez controlada la emoción, utilizando
técnicas de respiración y relajamiento. Esto se basa en la premisa de que es
primordial cambiarnos a nosotros mismos, entendiendo que es imposible cambiar a
los demás.
Quiero dejar en claro, que la inteligencia emocional
no se trata de aparentar calma, cuando por dentro estamos hechos fuego: Se
trata de dominar las emociones con sabiduría, para no decir o hacer cosas que puedan
dañar la relación con otros, sea en el trabajo, la escuela, o con algún
ser querido. Se trata de la habilidad de
conectarse y tener empatía con otros, en aceptar nuestras diferencias, tener la
habilidad de expresar nuestros sentimientos efectivamente, con la finalidad de
resolver cualquier situación que se presente en la relación con otros.
Investigaciones recientes han demostrado que las
características de una persona exitosa, se refieren más, en cómo esta maneja
sus emociones y se conecta con los demás, que el grado de educación que esa
misma persona ha obtenido en su vida (Langdon, 1996). En niños que salieron
adelante, a pesar de vivir rodeados de miseria y delincuencia se encontró que
ellos poseían un auto control que los hizo resistentes a caer en malos pasos
(Elias Et Al, 1997). Los gerentes más exitosos son aquellos que reconocen y
manejan, no sólo sus emociones, sino que construyen y alimentan su relación con
otros en su ambiente de trabajo, convirtiéndolos en grandes líderes.
A los padres les digo, que la mejor forma de aplicar
la inteligencia emocional en la crianza de sus hijos se basa en 3 claves: 1)
Diálogo para entender las emociones de sus hijos. 2) Empatía para admitir sus
sentimientos sin juzgarlos. 3) Encontrar una solución constructiva y justa para
todos. Al hacer esto, estamos Validando, Empoderando, y Reconociendo que las
emociones son importantes, y que no deben ser ignoradas, minimizadas, o
criticadas para disminuír la autoestima del niño. Todo lo contrario, debemos mostrarle
nuestro apoyo, y enseñarles a aplicar el razonamiento para salir adelante ante
cualquier circunstancia.
No es fácil, pero vale la pena aprender sobre la Inteligencia Emocional, y empezar a practicarla, porque todos merecemos una mejor sociedad.
ResponderBorrarTouche. Solid arguments. Keep up the great work. paypal.com login